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Motivaciones

La cuestión que se plantea ahora es: ¿por qué se escoge ser intérprete? ¿Cuáles son las razones profundas que orientan hacia esa elección? ¿Cuáles deberían ser?

La respuesta es clara porque viene dictada por el nivel de evolución al que haya llegado el intérprete. ¿En qué punto se halla de ese camino real que consiste en vincular lo creado a la creación, la tierra al cosmos, lo humano a lo universal? La escalada de valores de estas motivaciones será el reflejo excto e las etapas del trayecto.

No nos vamos a detener en quienes se sirven de una partitura para fines personales, para hacer valer su «ego», satisfacer su vanidad e intentar auparse de modo artificioso, consiguiendo apenas el sabor de una gloria efímera. Esa clase de personas no merecen el nombre de intérpretes, puesto que lo desfiguran y lo traicionan en la raíz misma de su acepción. Se trata de simples corredores con ambiciones de llegar (de llegar ¿a dónde? Sólo ellos lo saben…, ¡porque nunca llegan a ningún sitio!), y la música es el medio elegido para justificar su pretensión. Su concepción del oficio se acomoda a la clase de hombres que son; huyendo de sí mismos, habiendo renegado de cualquier forma de autenticidad, encuentran en su carrera motivos de satisfacción: una vida inestable debido a los frecuentes desplazamientos, sin echar raíces duraderas en ningún sitio, relaciones mundanas y suerficiales sin mañana posible; un modo de existencia ideal para evitar compromisos serios y, sobre todo, para eludir enfrentamientos consigo mismos, para dejar de pensar y casi dejar de SER. Miran con los gemelos al revés, pero no les importa.

Sí hablemos en cambio de las motivaciones que empujan al verdadero intérprete a elegir el camino que debe, sin espejismos ni ilusiones vanas. Nos fijaremos con atención en esos hombres que han acometido un trabajo auténtico sobre ellos mismos y que se han ganado con esfuerzo la humildad, la fuerza y la libertad que les legitima para llamarse intérpretes.

¿Cuáles son, pues, esas motivaciones? ¿Son conscientes de ellas? Quizá no todos al principio. Porque no olvidemos que un artista es un ser intuitivo, guiado por un instinto soberano que rara vez le engaña. Saben, sienten, que su vida está ahí, que consiste en eso, y seguramente descubrirán las verdaderas razones más tarde, mientras andan su camino.

 

[Monique Deschaussées, El Intérprete y La Música]

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